autoproclamado ministro de la poesía,
si se la puede llamar así.
Me entiendo mejor con mis perros que con muchas personas,
le repetía ayer a un colega tomando southern en una terraza.
"Eso no está bien" - me decía mi colega.
"Lo que no está bien es que las personas no tengan la altura moral de los perros" - replicaba yo.
Y efectivamente pocas tan nobles como Lucky, pocas tan valientes como el Duque, tan atentas y cariñosas como Bob. Pocas tan buenas y elegantes, tan fuertes y sensibles como Buster, que en paz descanse.
Ya lo escupí en un verso, hace tiempo, si es que eso puede considerarse un verso.
La muerte es una puta, y quiere joderte.