viernes, 29 de julio de 2011

Pies cansados

Arrastrando los pies por el asfalto,
se deja llevar acera adelante
por masas informes de gente
que le empujan al desastre.

El rebaño se detiene al pie de un semáforo
y da un respiro a nuestro amigo
que toma aire y es llevado
de nuevo cuando la luz se pone verde.

Llegados al punto donde confluyen los caminos
el personal se dispersa y él queda sólo
en mitad de la plaza desierta,
con la vista cansada y perdida la mirada.

Se echa entonces en un banco
y se cubre con unos cartones que encuentra
a su desgarbado paso y cierra los ojos
e intenta conciliar el sueño.

Pero la marabunta no tarda en volver
esta vez coreando su nombre,
sacan a nuestro hombre de su lecho improvisado
y a hombros lo llevan por las calles.

Las mujeres se asoman a los balcones
y le tiran flores y sujetadores
y le lanzan besos
y le cantan canciones.

Él desconcertado
rompe a llorar
(de alegría)
y se hace el silencio.

Al principio su llanto
parece conmover al gentío
que ensayan sollozos
y hacen amagos de estar tristes.

Pero de pronto,
alguien como poseido,
lanza un grito del demonio
que dice "crucifícalo".

Entonces, los exaltados
estallan en un alboroto exterminador
que no cesará hasta saciar
sus ganas de sangre.

Con una cuerda
atan al tipo a una farola
y lo dejan allí expuesto
hasta que cae la tarde.

Cuando la luz de la farola
se enciende, el hombre fatigado
tiene hambre y pide algo de comer
y los congregados le arrojan a la cara albondigas de carne.

Con las campanadas todos se marchan
y el hombre queda allí colgado en la farola
al pie de la calzada por la que ya no podía
sino arrastrar sus pies cansados.

Por la noche se dice
que alguien lo desató
y lo llevó a su casa
y por la mañana ya no estaba.

martes, 26 de julio de 2011

el viejo motor de un carro de finales de los sesenta

Lleva ahí aparcado quince años
desde que el hijo mayor de Alfredo
se marchara a la guerra,
de la que no volvió nunca.

No tiene mal aspecto por fuera
aunque necesite una mano de pintura
y unas llantas brillantes,
lo que de veras le hace falta
es una tapicería nueva.

Dentro huele a polvo,
a cerrado, a viejo
abandonado.

Pero al girar la llave
y accionar el contacto,
el viejo motor se pone en marcha
con un inconfundible sonido
a maquinaria en forma,
un rugido propio del rey de la selva,
que ya lo quisieran para sí
esos pequeños animalitos esmaltados
que hoy corren por el asfalto.

La vida entera


La vida entera la pasé esperando que llegara este momento.

El momento en el que la vida entera tiende hacia ti

y en ti se basa y se proyecta.

Daría la vida entera por estar a tu lado,

porque permanezcamos cerca,

la vida entera.


miércoles, 13 de julio de 2011

Plegaria

Enciende una vela por mí esta noche,
para que se cumplan mis deseos
y mi alma descanse.

Para que Dios escuche mis oraciones
dame un poquito de fe,
pequeña como la cabeza de un alfiler.

Y cuando crezca y se haga fuerte y robusta,
en mi pecho una luz alumbrará
la oscura estancia.

Y nunca más tropezaré en esa piedra,
nunca más caeré de rodillas,
nunca más lamentaré haber nacido.

Cuando en radiante plenitud el espíritu
se eleve sobre tu cabeza y caigan sobre tus cabellos
pedacitos de Gracia.

martes, 12 de julio de 2011

A PRUEBA DE BALAS

Dispárame en la entrepierna,
verás salir calaveras y diablitos de mis nalgas,
y cuando haya perdido suficiente sangre
y en mi rostro puedas ver la muerte
vestida de tonos pálidos,
entonces bésame en los labios
y súbitamente despertaré
impecable,
dispuesto de nuevo a desangrarme.

Dispárame al pecho si tienes huevos,
si de verdad eres visceral y quieres acabar conmigo
dispara al centro de mi ser, al motor de mi cuerpo,
al corazón mismo,
o al estómago si quieres que sufra mucho.

O mejor vuélame la tapa de los sesos
si buscas causar verdadero efecto,
esparciendo mis pensamientos
por el suelo del cuarto.

Pero has de saber que no me daré por vencido.
No esperes verme muerto.

Insomnio

puedo ver en tus ojos que esta noche no has dormido bien,
puede que las altas temperaturas te hayan pasado factura a ti también
y ambos nos hayamos pasado la noche dando vueltas en la cama,
sudando, mirando por la ventana a ver si de una vez el aire
que nos faltaba entraba.

pero no pasó, el aire se quedó fuera y en nuestros cuartos,
un sopor en la atmósfera y una delgada húmedad sobre la almohada
nos impedía conciliar el sueño y el descanso.

finalmente el alba y el despertar
como después de una pelea, enfadado,
triste, cansado, echando de menos la luna,
que se fue sin permitir reposo ninguno.