cuando escapo de la vorágine,
me veo sentado en una vieja mecedora
con un sombrero de paja, y unos tejanos y unos tirantes
en un porche carcomido junto al río missisippi, o en cazorla,
tras haber discutido con mi mujer sobre quién se ha bebido el whisky.
hay una armónica cascada junto a la mecedora, en el pollete de la ventana, que no toco
desde que volví de las trincheras, de liquidar amarillos en una guerra injusta como todas las guerras.
masco una pajita o en su defecto muerdo un palo, porque mi santa señora me ha escondido el tabaco.
con suerte esta noche me lío uno y lo fumamos juntos viendo las estrellas brillar en el oscuro firmamento.
Vaya maravilla, este poema se ha convertido en mi preferido de los tuyos. Me gusta el ritmo, que en verso libre es lo mas dificil. Y el cierre me parece enorme. Los pives que estoy leyendo de últimas utilizan mucho esa técnica, combinar lo cotidiano y la sencillez con un final poético. Me gusta el tono que estas tomando de ultimillas...
ResponderEliminarJoder este texto es la leche
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