y la sangre mana a borbotones.
debí dejar quieta el arma
en su sitio, hacía de venda
de tirita.
he sacado el puñal de mi espalda,
y escupo las tripas por el costado,
debí dejarlo en su sitio
y dormir del otro lado.
he comenzado una guerra,
cansado de soportar ultrajes.
y ahora además de ultrajes
soporto golpes.
Moisés dijo: "ojo por ojo"
una excusa más para la lucha.
Jesús dijo: "pon la otra mejilla"
y así justificamos la segunda bofetada.
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