Me irrita que cada cual pueda decir lo que le venga en gana,
que las mayores barbaridades jamás pronunciadas queden impunes
y que sea preferible faltar a la verdad que luchar por ella.
Amparadas en la libertad de expresión las personas han convertido
sus comentarios en blasfemias y sus opiniones en injurias y calumnias.
Casi preferiría que volviera la Inquisición y la censura
y que algunas voces fueran acalladas y algunas verdades quedaran ocultas,
a tanto bla bla bla y tanta basura verbal.
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