- Juguemos a algo – me dijo.
- Vale – respondí.
- Yo seré el gato y tu el ratón, y tienes que correr para que no te atrape.
- ¿Y qué pasa si me pillas?
- ¿Qué pasa cuando el gato coge al ratón?
- Que se lo come – contesté.
- Exacto.
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