Transcurren lentos segundos
sospechosamente largos.
Me gusta ese tiempo que parece que no pasa.
Las mañanas al sol sin hacer nada
o las tardes plácidas que llegan.
Cuando me enfrento cara a cara
a mi alma siempre pierdo
porque es mucho más fuerte e inteligente
que yo, y más rápida,
pues no carga con este saco de huesos y pellejo.
Ahora siguiendo el consejo del refrán ese que dice
"si no puedes con tu enemigo..."
somos aliados,
y con su destreza, su habilidad
y mi impertinencia
haremos juntos grandes cosas.
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