"Esta máquina está sin municiones" pensé.
Llevaba hechas unas cuarenta notificaciones seguidas
y cada una requiere tres disparos.
Una grapa que une el ejemplar para el interesado,
una segunda copia para no sé quién,
y la tercera grapa que une ambas.
Apreté el gatillo pero la maquina no disparó.
Efectivamente el cargador estaba vacío,
y de estar en el lejano oeste,
yo estaría muerto.
Has trazado una parábola sublime. Genio. Sabes que cuando me regalo lo hago con el corazón, si no callo. Es urbana y decadente. Mierda, no quiero analizarla más allá de la intención que puedas tener, pero es que me has pillao con la patata a flor y el efecto ha sido mágico. Hay que tener el espíritu predispuesto para que algo entre en el intelecto con la suficiente vaselina. El caso es que en el oeste estarías muerto pero lo más aterrador es que aquí tambien lo estamos. Me he visto a mi en comisiones obreras haciendo lo mismo grapando mierdas de fotocopias y pensando para mis adentros: me quiero morir... Siento esta perogrullada que seguramente sea un ejercicio vano de comedura de polla y conociendote seguro que hasta te parece una gilipollez extenderse tanto por unos versos. Pero es que hay dias que uno lee algo asi y le salva a uno la vida, siquiera un solo dia, por saber que en el fondo casi todos sentimos lo mismo. Y lo mas acojonante es que no lo ha conseguido Roger Wolfe sino un colega, lo que me enorgullece más aún si cabe.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias hermano. Una vez compré un cuaderno y lo titulé "telepatías", porque estoy convencido de que tenemos esta cualidad, y pretendía recoger vivencias que lo demostraran, como el día que estaba buscando a una persona en la biblioteca entre un montón de gente y en ese instante precisamente esa persona levantó la cabeza. Creo que el cuaderno sigue en blanco por ahí en algún rincón polvoriento de mi cuarto, como el llamado "diario de buenas noticias" que estaba llamado, como su nombre indica, a recoger buenas nuevas, o el titulado "ensoñaciones" en el que iba a anotar los delirios de mi inconsciente. El caso es que esta mañana cuando me disponía a poner esa grapa, mi cerebro fugazmente me ha dicho "no tienes grapas" como si llevara la cuenta, y así ha sido. Pensé que sería una buena historia para el cuaderno de telepatías pero como no sé donde queda, me he tomado unos minutos para plasmarlo aquí. Me alegra que te haya gustado. Tu le has dado otro enfoque al poema y ahora veo en él una angustia existencial que en principio no tenía. Es la magia de la poesía. Depende de la persona y depende del día. Aprovecho de nuevo para recomendarte "hijos de la ira" de Dámaso Alonso (es lo más grande que he leído en verso desde hace años) y recordarte que mañana el Público viene con el Cántico de Jorge Guillén, quien por cierto interpreta el papel de Corrado Junior en los Soprano.
ResponderEliminarPAZ Y AMOR
PD: no olvides echar de comer a los peces cuando pases por aquí
ResponderEliminarEl caso es que puedo sacarle otro sentido, el cual no expresé antes. El del arma que tenemos en este tiempo que nos toca vivir. Un arma de mierda que ademas que no sirve para defendernos encima no está cargada para mas inri.
ResponderEliminarCago en la puta, en Ceuta no llega El Publico, de ahi que me kede con las ganas de hacerme con ese ejemplar. De todas formas pillaré Hijos de la Ira en la Biblioteca de Caja Madrid que está al lado de mi casa, ya lo tengo localizado.
No habia caido en k Guillen hace de Corrado, buscare una foto del nota y comparare.
Paso de los putos peces, ya tengo suficiente con echarle de comer al gato todas las putas mañana al igual que Tony Soprano recoge el periodico en la entrada de su mansión.
Sigue por ese camino, estás cerca de la excelencia...