Confluir con las palabras,
hacerse uno con ellas,
fusionarse en gramática
y etimologías.
Dibujar signos y símbolos
en folios blancos.
Teclear sin perdón
y sin remedio.
Lograr sentido, retruécanos,
carámbanos.
Y alcanzar así la inmortalidad eterna
de las letras. La exquisitez de las Bellas Artes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario